¿Cuál es el castigo por dañar algún monumento histórico? Esto dice la ley
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¿Sabías que dañar un monumento histórico en México puede llevarte a la cárcel? La ley mexicana contempla sanciones severas contra quienes alteren, destruyan o incluso intenten comercializar piezas y edificaciones consideradas patrimonio cultural.
Aquí en el sitio de “El Mundo del Derecho” te damos los detalles al respecto.
Daños, comercio ilegal y saqueo: sanciones que contempla la ley
De acuerdo con la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, en su artículo 52 se establece que toda persona que “por cualquier medio dañe, altere o destruya un monumento arqueológico, artístico o histórico” puede recibir una pena de prisión de tres a diez años, además de pagar una multa equivalente al valor del daño causado.
Las sanciones no se limitan a quienes rayan o deterioran un edificio; también abarcan conductas como excavaciones clandestinas, saqueo de piezas o su comercialización ilegal.
La propia ley prevé que si alguien se apodera, transporta, exhibe o comercia con un monumento sin la autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se le impondrá una pena de tres a diez años de prisión y una multa de hasta tres mil días.
El castigo es todavía más severo cuando se intenta sacar del país piezas sin autorización oficial: en ese caso, la sanción puede alcanzar de cinco a doce años de prisión, además de una multa de tres mil a cinco mil días.
El texto legal también subraya que las penas aumentarán cuando se trate de funcionarios públicos involucrados, reincidentes o quienes organicen y financien las acciones.
“Las conductas que atenten contra los bienes que integran el patrimonio cultural de la Nación serán sancionadas con mayor severidad cuando provengan de servidores públicos”, precisa la norma.
Un patrimonio bajo protección
Las disposiciones buscan no solo sancionar, sino también enviar un mensaje de protección al patrimonio cultural del país. Monumentos como zonas arqueológicas, iglesias coloniales, esculturas y murales forman parte de la identidad nacional.
Por ello, el legislador definió que incluso en casos de daños involuntarios —cuando no existe intención de causar perjuicio— se aplicará lo previsto en el Código Penal Federal para delitos culposos, lo que implica sanciones más bajas, pero sin eliminar la responsabilidad.
En síntesis, la ley mexicana establece un marco estricto para quienes atenten contra los monumentos históricos, reforzando la idea de que proteger el patrimonio es una tarea de interés público y de justicia para las generaciones futuras.
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