¿Será obligatorio el uso de toga en la SCJN? Esto dice Loretta Ortiz

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La ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Loretta Ortiz Ahlf, confirmó que el uso de la toga se mantendrá como parte del atuendo oficial durante las sesiones públicas del Pleno, incluido el periodo que iniciará bajo la nueva presidencia del máximo tribunal.

“Platiqué con el (próximo) ministro presidente porque dije ‘yo sí voy a usar toga’, y que sí, que vamos a usar toga. Sí la vamos a usar”, afirmó Ortiz durante un encuentro público, al destacar que esta prenda representa un símbolo de la independencia judicial. “Para mí la toga tiene un significado muy especial, una carga especial”, agregó.

Un acto que trasciende lo ceremonial

Desde una perspectiva legal, la toga no es únicamente una prenda ceremonial: su uso está previsto en disposiciones administrativas y refleja principios constitucionales como la imparcialidad, la igualdad ante la ley y la separación de poderes. Su continuidad reafirma el compromiso de la Corte con su autonomía, en un contexto en el que se debate ampliamente el papel simbólico de las instituciones del Estado.

En opinión de Ortiz Ahlf, la toga “anula cualquier signo de distinción personal”, y su uso uniforme refuerza la neutralidad que debe caracterizar a los integrantes del Poder Judicial. El tema cobró relevancia luego de que uno de los ministros designados expresó su intención de no portar esta vestimenta como forma de romper con los esquemas tradicionales del funcionariado.

Corte itinerante y justicia cercana

Durante su participación, Ortiz también adelantó que la SCJN tiene previsto realizar sesiones itinerantes fuera de la sede principal en la Ciudad de México, siguiendo el ejemplo de tribunales internacionales como la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

“Queremos ser una Corte cercana a la gente”, declaró, y aseguró que estas salidas del Pleno no implicarán un gasto excesivo para el Poder Judicial. Esta medida, en términos jurídicos, implicaría adecuaciones logísticas y administrativas, pero no representa una modificación sustancial a las facultades conferidas por la Constitución y la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

La toga y el marco normativo

El uso de la toga en la SCJN tiene respaldo normativo desde un decreto presidencial de 1941, que establece las características del atuendo para ministros, jueces y magistrados en actos públicos. Aunque no está previsto en la Constitución, forma parte de las prácticas institucionales consolidadas que fortalecen la legitimidad del tribunal y la confianza ciudadana en la justicia.

Ortiz concluyó que portar toga no solo representa una tradición, sino una convicción: “Cuando me pongo la toga me siento con mayor responsabilidad. Me siento independiente y autónoma”, expresó.

Aunque no se encuentra en la Constitución, el uso de la toga por parte de los ministros de la Suprema Corte está respaldado por el Decreto Presidencial del 4 de marzo de 1941, publicado en el Diario Oficial de la Federación. Este ordenamiento establece que los miembros del máximo tribunal deberán portar una toga de seda negra “con cuello del mismo color” durante sus funciones públicas, como símbolo de solemnidad, igualdad y autoridad judicial.

Si bien este decreto no es una ley en sentido estricto, constituye una disposición administrativa obligatoria para los integrantes del Poder Judicial de la Federación y continúa vigente, salvo reforma o abrogación expresa. Por ello, cualquier decisión de eliminar el uso de la toga requeriría una modificación formal, ya sea mediante un nuevo decreto presidencial o por medio de reformas al reglamento interno del tribunal.

Más allá del aspecto normativo, el uso de la toga se interpreta como una forma de preservar la neutralidad institucional y reforzar la imagen del juez como servidor público imparcial, desligado de intereses personales o partidistas. En este sentido, la decisión de mantenerla no solo tiene sustento jurídico, sino también simbólico y funcional dentro del marco de independencia del Poder Judicial.

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