Metro CDMX: esta es la multa y castigo por ingresar a la cabina del conductor
Subirse a la cabina del conductor del Metro no es una travesura ni un “reto viral”: es una infracción que puede costar varios miles de pesos. El Reglamento de Movilidad de la Ciudad de México y las normas internas del Metro establecen sanciones claras para cualquier persona que invada áreas restringidas.
Aquí en el sitio “El Mundo del Derecho” te explicamos qué castigo se aplica, qué dice la ley y por qué hacerlo implica un riesgo real para todos los usuarios.
Ingresar a la cabina está prohibido en el reglamento
El Metro CDMX considera la cabina del conductor como una zona exclusiva para personal autorizado, igual que talleres, vías, túneles y áreas técnicas. El Reglamento de Movilidad prohíbe que cualquier pasajero ingrese a espacios restringidos o manipule dispositivos que forman parte de la operación del sistema.
Esto significa que cualquier usuario que entre —por curiosidad, por error o con intención— está violando una norma vigente.
Ingresar a instalaciones restringidas es sancionado por las autoridades capitalinas. De acuerdo con los rangos establecidos para este tipo de infracciones, la multa puede ir de 21 a 30 Unidades de Medida y Actualización (UMA).
Traducido a pesos, la sanción puede oscilar entre 2,300 y 3,200 pesos, dependiendo de la valoración que haga la autoridad cívica.
En algunos casos, la sanción puede incluir arresto administrativo o trabajo comunitario, especialmente cuando la conducta pone en riesgo la seguridad de los usuarios o la correcta operación del tren.
No es infracción, son vidas en peligro
Entrar a la cabina de conducción del Metro representa un riesgo para la operación del tren, ya que podría:
• Interferir con los mecanismos de control.
• Alterar los sistemas de frenado o apertura de puertas.
• Distraer al conductor.
• Provocar incidentes que afecten a decenas o miles de pasajeros.
Por ello, el reglamento del Metro señala que la presencia de personas no autorizadas en áreas técnicas puede provocar incluso la interrupción del servicio cuando se considere un riesgo notorio para la operación.
En conclusión, las reglas son claras: no ingresar a zonas restringidas del Metro bajo ninguna circunstancia. Las sanciones, los riesgos y el impacto en la operación del sistema hacen que valga más la pena respetar las normas que enfrentar las consecuencias.

