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Justicia 4.0: Innovación tecnológica y el futuro del acceso a la justicia en México

Por Hasuba Villa Bedolla

El sistema de impartición de justicia en México enfrenta problemas estructurales que dificultan el acceso a una justicia expedita y eficiente, lo que, aunado a la saturación de los tribunales y la tramitación tradicional de asuntos ralentizan los procesos. Ante esta realidad, surge la necesidad imperiosa de modernizar la justicia en México mediante la incorporación de herramientas tecnológicas (Justicia 4.0) que agilicen los procesos, mejoren la transparencia y garanticen el derecho a la justicia en términos reales. La transformación digital del Poder Judicial se perfila como un componente esencial para cumplir el principio constitucional de justicia expedita y fortalecer el Estado de derecho en beneficio de la sociedad.

Retos del sistema judicial actual

El “Diagnóstico de los sistemas tecnológicos en los Poderes Judiciales”, realizado por la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (CONAMER) y la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia de los Estados Unidos Mexicanos (CONATRIB) evidenció que solo el 54% de los Poderes Judiciales estatales habían incorporado sistemas tecnológicos en sus procesos, lo que indica que casi la mitad de los tribunales del país operan sin herramientas digitales básicas. En muchas regiones, usuarios de la justicia aún deben trasladarse largas distancias para presentar escritos o consultar el estado de sus juicios, enfrentando trámites engorrosos y opacidad en la información disponible.

Actualmente, en México, la adopción de estas herramientas es limitada. A pesar de avances como el Juicio en Línea del Tribunal Federal de Justicia Administrativa y la digitalización parcial en algunos estados, persisten grandes rezagos. Un estudio del Banco Mundial (2020) señala que México ocupa posiciones rezagadas en eficiencia judicial en comparación con otros países de la región. Lo anterior, entre otras casusas, puede obedecer a la prevalencia de una operatividad tradicional apoyada en expedientes físicos, trámites presenciales y una burocracia lenta. Las consecuencias son juicios que se prolongan por años, tribunales congestionados y una percepción pública de ineficacia e injusticia. Sin duda, para lograr una implementación efectiva, será necesario invertir en infraestructura, capacitación del personal judicial y garantizar el acceso equitativo a las tecnologías.

Algunos países han avanzado significativamente en la implementación de la digitalización judicial, entre éstos, Brasil que, con su programa Justicia 4.0, ha digitalizado el 99% de sus expedientes, mientras que Estonia y China han implementado IA en procesos judiciales menores, agilizando la resolución de disputas. Aprovechar las lecciones de estas experiencias y adaptar las herramientas tecnológicas a las necesidades nacionales permitirá a México dar el salto hacia la Justicia 4.0 de forma efectiva y sostenible.

Oportunidades, avances y retos

Entre las oportunidades más relevantes, la justicia digital permitirá agilizar los procedimientos, reducir costos operativos y mejorar la transparencia mediante la publicación en línea de resoluciones judiciales, con ello contribuirá a la reducción de la corrupción al disminuir la discrecionalidad en los procesos.

Sin embargo, existen retos significativos, como la brecha digital en regiones con acceso limitado a internet, la ciberseguridad de los datos judiciales y la resistencia al cambio por parte de operadores jurídicos. La implementación de la justicia digital debe garantizar que no se excluya a sectores vulnerables y que la IA no genere decisiones arbitrarias o sesgadas.

El gobierno, el Poder Judicial y la sociedad debemos trabajar en conjunto para consolidar un sistema de justicia moderno, accesible y confiable. Los próximos años serán decisivos para consolidar esta transformación, cuyo éxito se medirá en la capacidad del sistema para resolver controversias con celeridad y justicia, sin dejar a nadie atrás.

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