Cargando

Escribe para buscar

Llamado a las afores: una alerta de género

Por Yamil Villalba Villarreal

Ana es una mujer de 50 años que perdió a su esposo, empleado de una fábrica, tras una repentina enfermedad. Después de su fallecimiento, Ana se vio enfrentada a un proceso burocrático desgastante para acceder a los fondos de la AFORE (Administradora de Fondos para el Retiro) de su compañero, dinero que había salvado durante años. Sin embargo, tras numerosas visitas, interminables llamadas y documentos extraviados, le informaron que no podía retirar el monto acumulado, era necesario acudir a tribunales para que se lo pudieran entregar. El proceso se convirtió en un calvario que la llevó a esperar más de un año para recibir el dinero que, por derecho, le pertenecía, tiempo en el que enfrentó deudas y la angustia de no poder sostener el hogar.

Este 8 de marzo es una fecha que nos invita a dar una nueva mirada a todas nuestras instituciones sociales y gubernamentales para identificar sobre los avances, pero también sobre los desafíos en la lucha por la equidad de género. Así, podemos detenernos un momento a pensar en el contexto actual del derecho del trabajo, especialmente en el marco de las reformas laborales desde 2019, que ponen en relieve problemáticas que afectan de manera directa a un segmento importante de la población: las trabajadoras y sus familias.

Desde 1992, México adoptó el régimen de cuentas individuales administrado por las AFORE, con la promesa de fomentar el ahorro para el retiro de los trabajadores. No obstante, la realidad es que el acceso a esos recursos, especialmente en casos de fallecimiento de la persona afiliada, se vuelve un proceso tedioso y, en muchas ocasiones, discriminatorio para las personas beneficiarias. De acuerdo con la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR), las quejas por negativa de devolución dentro del sistema AFORE representan cerca del 50% de los juicios en materia laboral que atiende la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET). Esta situación no solo revela la ineficiencia del sistema, sino también una injusticia palpable que impacta a las familias, muchas de las cuales son encabezadas por mujeres.

Las reformas laborales de 2019 y el énfasis en la inclusión y protección de las mujeres en el ámbito laboral son pasos importantes, pero estos esfuerzos se ven socavados por la dilación en la obtención de los recursos de las AFORE tras el deceso del trabajador. Las estadísticas indican que el tiempo promedio para la recuperación de estos fondos dilata entre 6 meses y 1 año, lo que genera dificultades económicas y un desgaste emocional considerable para las familias afectadas. Sin lugar a duda, en muchas de estas familias, las mujeres son quienes asumen la responsabilidad económica del hogar, por lo que su capacidad para afrontar situaciones críticas se ve drásticamente afectada por estos retrasos.

Es fundamental considerar que, aunque las mujeres generalmente son las beneficiarias de los fondos de pensión y ahorro, el marco legal actual no prioriza la rapidez en la devolución de estos recursos. Esto convierte al sistema de AFORE en un mecanismo que perpetúa las desigualdades existentes, ya que la negativa a devolver los ahorros de manera expedita representa una violación directa a los derechos de las beneficiarias, causándoles estrés financiero en situaciones ya de por sí complicadas.

Así, el sistema actual de pensiones, lejos de ser un apoyo, se convierte en una carga adicional. La negativa a la devolución inmediata a los familiares de personas fallecidas es un claro indicativo de la injusticia que prevalece. Para combatir esto, es urgente que el marco legal establezca mecanismos que impidan la dilación y garanticen que las beneficiarias accedan a sus recursos sin contratiempos. A nivel internacional, existen ejemplos que demuestran que estos procesos pueden ser más eficientes. Por ejemplo, en países como Finlandia y Suecia, los trámites para acceder a los ahorros tras la muerte del titular se completan en cuestión de semanas, lo que permite a las familias hacer frente a los costos asociados con la pérdida de un ser querido sin sufrir un impacto financiero devastador.

Además, los datos también revelan las disparidades en el acceso al ahorro para el retiro entre hombres y mujeres. Las cifras de la Comisión el 60% de los hombres están afiliados a una AFORE, en comparación con cerca del 30% de las mujeres. Esta diferencia no solo es un reflejo de la desigualdad en el trabajo formal, sino que también complica la situación de las mujeres (quienes en la mayoría de los casos son las beneficiarias) al momento de reclamar sus derechos ante la muerte de un familiar.

Por lo tanto, es fundamental implementar reformas que incluyan mecanismos claros y accesibles para garantizar una devolución rápida y justa de los recursos en las AFORE; no podemos permitir que el sistema siga perpetuando estas inquietantes desigualdades y desavenencias económicas. Cada mujer, cada familia, merece un respaldo efectivo en momentos de necesidad, donde la burocracia no se convierta en un obstáculo que impida acceder a lo que por derecho le corresponde.

A medida que conmemoramos el 8 de marzo, es hora de comprometernos a luchar por un marco normativo que realmente proteja a las mujeres en el ámbito laboral y en su acceso al sistema de ahorro para el retiro. Es un llamado urgente a reconocer sus derechos y a establecer un sistema justo que responda a sus necesidades. Las mujeres, como Ana, deben poder enfrentar la vida con dignidad, incluso tras la pérdida de un ser querido.

Etiquetas:

Quizás te guste