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‘Ley Mincho’: la historia detrás de la reforma que prohibió los espectáculos con delfines

La llamada “Ley Mincho” marcó un antes y un después en la protección animal en México. La reforma, aprobada por el Congreso en 2025, puso fin a los espectáculos con delfines y otros mamíferos marinos tras años de denuncias por maltrato y un caso que conmovió al país: el accidente y explotación del delfín conocido como Mincho, cuyo nombre terminó bautizando la iniciativa.

El cambio legal no solo prohíbe shows y actividades turísticas con estos animales. También obliga a transformar la forma en que son resguardados y atendidos, abriendo un nuevo modelo de bienestar animal y turismo responsable. Aquí en el sitio “El Mundo del Derecho” te damos los detalles.

¿Quién fue Mincho y por qué su caso cambió la ley?

El origen de la reforma se remonta al caso del delfín Mincho, registrado en un delfinario de la Riviera Maya. En 2020, durante un espectáculo, el animal se golpeó con fuerza contra una estructura de concreto, una lesión que quedó grabada en video y se volvió viral. Aún con heridas visibles, fue obligado a continuar en funciones, lo que generó una ola de indignación nacional.

Organizaciones como Animal Heroes retomaron este caso como símbolo de la explotación en cautiverio, impulsando una campaña que presionó al Congreso para modificar la Ley General de Vida Silvestre. Mincho se volvió un referente del maltrato sistemático que viven delfines, orcas y lobos marinos en instalaciones turísticas.

¿Qué prohíbe exactamente la ‘Ley Mincho’?

La reforma aprobada por el Senado y la Cámara de Diputados prohíbe de manera total el uso de mamíferos marinos en espectáculos. Esto incluye acrobacias, shows, interacciones con turistas, nado con delfines, reproducción con fines comerciales y cualquier actividad con fines de lucro.

El uso de estos animales solo quedará permitido en dos casos: proyectos científicos o de conservación sin fines comerciales, y la reubicación de ejemplares rescatados.

Además, los espacios donde actualmente viven deberán reconvertirse en corrales marinos o instalaciones con flujo natural de agua, eliminando por completo las piscinas de concreto.

Un cambio simbólico

El nombre de la ley no fue casual. Mincho se convirtió en la representación de cientos de animales sometidos a entrenamientos forzados y condiciones inadecuadas. Legisladores y organizaciones explicaron que bautizar la reforma con su nombre responde a una exigencia de justicia simbólica.

Más allá de su carácter jurídico, la Ley Mincho envía un mensaje: México avanza hacia un enfoque de protección animal y turismo responsable. Este caso —que comenzó como un video viral— ahora se transforma en un legado legislativo que impactará a futuras generaciones.

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