¿Qué implica la declaración de “persona non grata”? Esto dice el derecho internacional
En el ámbito diplomático, declarar a alguien como “persona non grata” no es un gesto simbólico, sino un acto soberano respaldado por la ley mexicana y por los tratados internacionales de los que el país forma parte.
Esta figura jurídica permite al Estado mexicano retirar el reconocimiento o la aceptación de un representante extranjero cuando su conducta afecta los principios de respeto, no intervención y cooperación internacional. Aquí en el sitio “El Mundo del Derecho” te damos los detalles al respecto.
Fundamento legal en México
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 89, fracción X, establece los principios de política exterior que deben regir las relaciones internacionales del país: la autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la solución pacífica de controversias y el respeto a los derechos humanos.
En ese marco, la Ley del Servicio Exterior Mexicano (LSEM) —en su artículo 44, fracción VI— faculta a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) para “mantener o retirar el reconocimiento de funcionarios diplomáticos extranjeros cuando resulten inaceptables”.
“La declaración de persona non grata es una medida de política exterior que el Estado mexicano puede aplicar de manera soberana, sin necesidad de justificarla ante terceros”, explican especialistas en derecho internacional.
Esta potestad significa que México puede exigir el retiro inmediato de un embajador o miembro de una misión extranjera cuando su comportamiento vulnere los valores constitucionales o las normas diplomáticas.
Soporte en el derecho internacional
Aunque su aplicación en México tiene base constitucional y legal, la figura de persona non grata también está reconocida en el artículo 9 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, tratado que México ratificó y publicó en el Diario Oficial de la Federación en 1965.
La Convención señala que “el Estado receptor podrá en cualquier momento, y sin estar obligado a exponer los motivos de su decisión, notificar al Estado acreditante que el jefe o cualquier miembro del personal diplomático de la misión es persona non grata”.
Este respaldo internacional refuerza la autoridad del Estado mexicano para actuar conforme a sus intereses soberanos, siempre en respeto a las normas diplomáticas internacionales.
Efectos y consecuencias de la declaración
Cuando México declara a un diplomático persona non grata, la SRE notifica formalmente al gobierno del país acreditante y le otorga un plazo razonable para retirar al funcionario o cesar sus funciones.
Si el país extranjero no lo hace, México puede negar el reconocimiento diplomático, lo que implica la pérdida de inmunidad y privilegios.
“Es la forma más contundente en que un Estado expresa su desaprobación hacia la conducta de un representante extranjero sin romper relaciones diplomáticas”, coinciden expertos en relaciones exteriores.
En los hechos, esta medida también puede provocar respuestas recíprocas, como la expulsión de funcionarios mexicanos en el país afectado, aunque no necesariamente implica una ruptura formal.
Además, la figura de persona non grata tiene un doble valor: jurídico y político. También garantiza que las misiones diplomáticas mantengan el respeto mutuo y se ajusten a las normas internacionales.
Por otro, reafirma la soberanía del Estado mexicano y su derecho a conducir su política exterior sin injerencias externas.
“Es un acto plenamente legal y soberano, sustentado tanto en la Constitución como en la Ley del Servicio Exterior y la Convención de Viena”, destacan especialistas consultados.
En conclusión, decorar a alguien persona non grata en México no es un acto discrecional, sino un procedimiento respaldado por el marco jurídico nacional y el derecho internacional público.

