Frente al recrudecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, hizo un llamado a Donald Trump, virtual candidato republicano a la presidencia, para que promueva una reforma migratoria integral con sustento legal, que garantice los derechos de millones de mexicanos que han vivido por años en ese país sin documentación formal.
“Hay millones de mexicanos que han vivido más de diez años allá, que no tienen nacionalidad y que requieren una reforma migratoria que los reconozca”, declaró Sheinbaum recientemente en su tradicional conferencia matutina desde Palacio Nacional.
La mandataria subrayó que, además de su aporte económico, los trabajadores migrantes merecen certidumbre jurídica y no ser tratados como delincuentes.
El llamado de Sheinbaum se produce en un entorno legal hostil para los migrantes. En semanas recientes, el Congreso estadounidense ha aprobado leyes como la Laken Riley Act, que impone detención obligatoria y sin fianza a personas indocumentadas acusadas de ciertos delitos, lo que ha generado preocupaciones sobre la garantía del debido proceso.
La presidenta mexicana lamentó este enfoque represivo y reiteró que el fenómeno migratorio debe ser atendido desde una perspectiva legal y humanitaria. “No se puede atender con redadas ni con violencia un fenómeno que requiere de una solución estructural”, afirmó.
Insistió en que muchos migrantes mexicanos han sido fundamentales para sectores como la construcción, el campo, la limpieza y el servicio doméstico en Estados Unidos. “Hay una necesidad estructural de mano de obra en Estados Unidos y esa mano de obra en buena medida es mexicana”, sostuvo.
El contexto inmediato del pronunciamiento de Sheinbaum surgió ante las redadas que ocurren en Los Ángeles, lugar en el que al menos 42 mexicanos fueron detenidos y este tipo de operativos son cada vez más frecuentes provocando miedo e inseguridad jurídica entre las comunidades migrantes.
En respuesta, la mandataria subrayó que la solución no debe ser la persecución, sino una vía formal para regularizar a quienes ya están integrados en la vida económica y social de Estados Unidos.
“Queremos una relación de respeto con Estados Unidos, pero ese respeto también implica que se respete a los mexicanos que viven allá”, puntualizó.
La titular del Poder Ejecutivo adelantó que este tema formará parte de su propuesta en la próxima cumbre del G-7, que se llevará a cabo del 15 al 17 de junio en Canadá. Ahí buscará impulsar una agenda centrada en derechos humanos, migración y desarrollo económico, desde una visión legal y estructurada.
“Vamos a llevar este planteamiento como una necesidad de México, pero también como una necesidad de los propios Estados Unidos”, señaló Sheinbaum.
El objetivo sería construir un nuevo marco jurídico binacional que reconozca los derechos de quienes han trabajado durante años en ese país y permanecen en la incertidumbre, finalizó la mandataria.