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Luis Rafael Hernández Palacios cierra campaña con un llamado desde el corazón del campo mexicano

Desde su natal Xalapa y después de dos meses de recorrer el país, tanto de forma presencial como virtual gracias a la tecnología, el candidato número 50 a Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Luis Rafael Hernández Palacios Mirón, cierra su campaña con un mensaje claro: México necesita una justicia que conozca el campo, que escuche al ejido y que respete la tierra.

Durante estas semanas, Hernández Palacios Mirón no solo recorrió universidades y foros legales; también escuchó de viva voz a campesinos, ejidatarios, mujeres rurales, jóvenes agraristas y a la sociedad mexicana en su conjunto que, con esperanza y firmeza, exigen ser parte de las decisiones que dicta la Suprema Corte. Sus voces no fueron promesas electorales, fueron compromisos de vida.

El candidato ha expresado: “La justicia no puede seguir siendo un privilegio de las élites; debe ser una herramienta al servicio de quienes han sido históricamente marginados. Mi compromiso es con el pueblo, con los campesinos, con las mujeres y con los jóvenes que luchan por un México más justo”.

Con su experiencia en la defensa de los derechos agrarios, incluyendo su labor como Procurador Agrario y Magistrado Unitario Supernumerario en los Tribunales Agrarios, Hernández Palacios Mirón ha demostrado un compromiso constante con la equidad y la justicia en el campo mexicano.

La campaña ha sido un acto de coherencia: hablar del campo desde el campo. Con una trayectoria sólida en el Derecho Agrario, y décadas de servicio a los pueblos originarios, ejidos y comunidades rurales, ha demostrado que la justicia también se cultiva y se defiende desde la raíz.

Este 1 de junio, la ciudadanía tendrá la oportunidad de elegir, por primera vez, a quienes integrarán el Poder Judicial. Luis Rafael Hernández Palacios Mirón pide el voto no solo como candidato, sino como aliado de quienes por años han sido invisibles ante la ley.

Porque la tierra no se defiende desde el escritorio. Se defiende escuchando, caminando y comprometiéndose.

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