¿Quién es Silvia Escudero Mendoza, candidata a ministra de la Suprema Corte de Justicia?
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Las elecciones judiciales se aproximan y esto genera preocupación e incluso presión entre los mexicanos, debido a que la mayoría desea conocer el trayecto profesional de quienes aspiran a integrar la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como otras instituciones relevantes del Poder Judicial. Por esta razón, es fundamental estar informado sobre los aspectos más importantes de cada uno de los candidatos, entre ellos se encuentra Silvia Escudero Mendoza.
El propósito del portal “El Mundo del Derecho” es ofrecerte información de calidad, por lo que a continuación te presentamos los detalles sobre la trayectoria de Silvia Escudero Mendoza.
¿Quién es la candidata Silvia Escudero Mendoza?
La abogada Silvia Escudero Mendoza, destacada por su trayectoria como mediadora privada certificada y experta en derecho familiar, aspira a convertirse en ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ocupando el puesto número 07 en la boleta para las elecciones judiciales del 1 de junio.
Su candidatura forma parte de un proceso histórico, donde por primera vez en México, las y los ciudadanos tendrán la oportunidad de escoger de manera directa a quienes conformarán el máximo tribunal del país.
Con una formación académica robusta, Escudero es graduada de la Escuela Libre de Derecho, posee una maestría en Derecho Familiar y ha sido acreditada como mediadora por el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México.
Su trayectoria profesional abarca más de dos décadas como abogada en la firma Escudero y Ortega Abogados, especializada en la resolución de disputas civiles, mercantiles y familiares, además de un compromiso constante con la defensa de los derechos de los sectores más vulnerables.
¿Cuáles son las propuestas del candidato Silvia Escudero Mendoza?
Fomentar decisiones equitativas y compasivas, abordando las necesidades de los grupos más desfavorecidos mediante espacios de escucha activa y procesos libres de discriminación.
Reforzar un sistema que no solo resuelva disputas, sino que también repare el tejido social, elimine procedimientos innecesarios y facilite el acceso a la justicia.
Impulsar el diálogo, la cooperación y la empatía mediante herramientas como la mediación, que brindan soluciones más humanas, ágiles y efectivas.
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