¿Qué castigo aplica la ley por la reventa de boletos?
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¿Alguna vez compraste un boleto más caro para no perderte un concierto o evento? Aunque es una práctica común, la reventa de boletos está prohibida por el marco de la ley local, leíste bien.
Pero dicha práctica no solo representa un riesgo para los aficionados, sino que puede derivar en multas y arrestos, tal como se establece en el marco legislativo. Aquí en el sitio “El Mundo del Derecho” te damos los detalles.
Qué dice la ley sobre la reventa de boletos
En la Ciudad de México, la Ley de Cultura Cívica considera una infracción “ofrecer o propiciar la venta de boletos de espectáculos públicos con precios superiores a los autorizados”. Esto se encuentra establecido en el artículo 28, fracción XI, y aplica a todo tipo de eventos, incluidos los deportivos.
Quienes sean sorprendidos practicando la reventa de boletos pueden enfrentar multas de hasta 30 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA) —equivalentes a unos tres mil pesos—, así como arrestos de entre 25 y 36 horas, dependiendo del caso. Estas sanciones buscan desalentar la comercialización de entradas fuera de los canales oficiales, una práctica común en espectáculos masivos.
Aunque en el entorno digital la aplicación de sanciones es más compleja, las autoridades capitalinas pueden actuar en casos donde la reventa de boletos se realice en espacios públicos o cuando se identifique sobreprecio respecto al valor autorizado.
¿Qué pasa si los boletos son falsos?
La reventa de boletos no solamente es una práctica riesgosa, debido a que también puede ocurrir la falsificación y eso es sancionado por el narco de la ley; el Código Penal Federal prevé penas de tres meses hasta tres años de prisión y multas de hasta mil pesos para quien fabrique o venda boletos falsos.
Estas disposiciones buscan proteger tanto a los consumidores como a los organizadores de eventos, al evitar que redes de estafa y reventa continúen operando sin consecuencias.
En resumen, la reventa de boletos no solo implica un riesgo financiero, sino también posibles sanciones administrativas o penales. La recomendación es clara: adquirir entradas solo por los medios autorizados y desconfiar de cualquier oferta.
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