Por Aide Elvira Trejo Molina
Tradicionalmente el Poder Judicial se mantuvo alejado del escrutinio público; pocas veces, por su trascendencia o impacto social, públicamente se habló de resoluciones judiciales que no era común cuestionar.
La implementación de los juicios orales permitió conocer, no sólo el nombre, también el rostro de las personas impartidoras de justicia; y de manera conjunta, las sesiones públicas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los Plenos de Circuito y Tribunales Colegiados, actualmente se afirman como importantes mecanismos de transparencia y rendición de cuentas.
Sin embargo, no ha sido suficiente con visibilizar a las personas juzgadoras en su función; ahora, en el contexto de la reforma judicial de 2024 y las elecciones extraordinarias, quienes aspiran a ocupar un cargo en el Poder Judicial enfrentan un desafío significativo que les permita lograr el acercamiento con la sociedad para dar a conocer, entre otros aspectos, quiénes son, su formación y trayectoria profesional.
En el período de campaña la mirada está en las redes sociales como un canal de comunicación de alto alcance, se espera que sea efectivo y que se logre el propósito, que se ejerza el derecho al voto de manera informada.
Es posible que con el uso de las redes sociales se consiga una mayor transparencia, pero también existe el riesgo de espectacularizar el proceso, y que se priorice la imagen sobre los méritos jurídicos.
Las y los funcionarios judiciales candidatos, han salido de los escritorios para crear “contenido”, publicitar sus actos y su imagen; en “el rostro público de la justicia” algunas y algunos, con la intención de lograr el acercamiento y la comunicación, descubrieron nuevas habilidades; otras y otros, encontraron una barrera sepulcral para su aspiración de continuar o de ocupar un distinto cargo en el Poder Judicial.
Decisiones informadas y ejercer el derecho al voto con responsabilidad, determinará cómo será en los próximos años, la impartición de justicia en nuestro país.