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¿Por qué salir a las calles el 8 de marzo?

Por Marisela Morales Ibáñez

El 8 de marzo ha instituido una fecha emblemática para visibilizar las luchas y demandas de las mujeres en todo el mundo. Su impacto se ha reflejado en cambios legislativos, en la implementación de políticas públicas con perspectiva de género y en la creación de espacios de debate en diferentes niveles de la sociedad.

Las movilizaciones masivas han creado conciencia en las autoridades para establecer reformas que favorecen la igualdad, lo que ha permitido que temas como la violencia de género, la brecha salarial, el acceso a la educación y a la salud sean prioridad en la agenda pública.

A nivel internacional, organismos como la ONU, la Unión Europea y diversas instituciones han reforzado su compromiso con la equidad de género, estableciendo metas concretas y han promovido la inclusión de la mujer en espacios de poder.

Estos avances no habrían sido posibles, sin la presión social ejercida en días clave como el 8M, cuando millones de personas se manifiestan exigiendo justicia y derechos igualitarios.

No obstante, el Día Internacional de la Mujer no debe limitarse a un sólo día del año. Es esencial que las acciones y reflexiones derivadas de esta jornada se mantengan en el tiempo y se traduzcan en cambios estructurales permanentes que garanticen una sociedad más equitativa. Sólo así se podrá alcanzar un futuro donde la igualdad de género pase de una lucha a una realidad consolidada.

Desde su instauración oficial por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1975, esta jornada se ha convertido en un símbolo de resistencia y reivindicación por los derechos de las mujeres en todo el mundo.

En las últimas décadas se han registrado avances significativos en la promoción de los derechos de las mujeres. Entre los logros más destacados se encuentran los derechos políticos y participación.

Actualmente, más mujeres ocupan cargos de liderazgo en gobiernos y organismos internacionales. En varios países se han implementado cuotas de género para garantizar su representación en la toma de decisiones políticas.

Otro avance es la educación y acceso al conocimiento, permitiendo que más niñas y mujeres accedan a la educación primaria, secundaria y universitaria.

En materia de derechos laborales y de equidad salarial se han implementado leyes que han mejorado las condiciones laborales de las mujeres.

La legislación contra la violencia de género en muchos países ha fortalecido sus marcos legales para combatir la violencia doméstica, el acoso y otras formas de violencia de género, garantizando mayores protecciones y acceso a la justicia.

En distintas regiones se han reconocido y ampliado los derechos de las mujeres en materia de salud sexual y reproductiva, asegurando acceso a métodos anticonceptivos, educación sexual y servicios de aborto seguro.

A pesar de estos avances, aún existen desafíos que impiden alcanzar la plena igualdad de género, en algunas profesiones y especialidades. Las mujeres siguen ganando menos que los hombres por el mismo trabajo y tienen menor acceso a empleos bien remunerados y posiciones de liderazgo.

La violencia contra las mujeres sigue siendo una de las problemáticas más graves a nivel mundial, con cifras alarmantes de feminicidios y abuso, además del acceso limitado a derechos reproductivos, esto es, en muchas partes del mundo las mujeres todavía enfrentan barreras para acceder a servicios de salud sexual y reproductiva, lo que limita su autonomía sobre sus propios cuerpos.

La igualdad de género es fundamental para una vida social armónica, por lo que es preciso continuar con acciones que transformen las estructuras sociales y económicas que permitan acabar con la desigualdad y garantizar mejores condiciones para las mujeres.

Entre las metas por alcanzar destacan mayor representación en puestos de elección popular de gestión pública, liderazgo y en las empresas.

La erradicación de la violencia de género mediante la prevención, educación y una justicia efectiva y el empoderamiento económico y acceso a financiamiento para mujeres emprendedoras y trabajadoras, es el camino para el cual debemos seguir luchando cada 8 de marzo.

El Día Internacional de la Mujer es una fecha para conmemorar los logros alcanzados, una oportunidad para recordar que la lucha por la igualdad de género es responsabilidad de todos, de los gobiernos y de la sociedad civil organizada.

La razón y causa del salir a las calles el 8 de marzo, es asumir con responsabilidad el compromiso de ser mujeres, de participar en el desarrollo y progreso del país, pero sobre todo de demostrar al mundo que somos la pieza angular para crear una sociedad más responsable, porque al final del camino somos las mujeres las que damos vida y educamos a los nuevos ciudadanos.

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