Alguna vez, platicando con Don Jesús Zamora Pierce sobre la obra de Víctor Oléa Peláez me dijo: “Es el tema”. Pues resulta altamente preocupante, en todos los estratos sociales, que este delito esté cobrando tal vigencia.
Según las encuestas públicas y privadas que se ocupan de llevar la cuenta sobre la incidencia delictiva, destacan las formas en que el delito de despojo no solo va en aumento, sino que se vale de conductas que van más allá de la violencia o la pandilla con la que tradicionalmente se les asociaba y se agravaba la conducta. El delito de despojo, hoy en día se vale de cuestiones más complejas para disfrazar este golpe al patrimonio a través de la realización de supuestos contratos, de renta o de compraventa y, en ocasiones con la utilización de documentos notariales falsos o verdaderos, así como de la usurpación de identidad con el correspondiente uso de identificaciones muy difíciles de distinguir de las auténticas.
El delito de despojo es en sí una construcción compleja del tipo penal y en este libro, el autor se ha dado a la tarea de abordar cada detalle, cada minucia, cada interpretación tanto de los elementos que conforman al delito como de las instituciones precedentes (del orden civil) que hacen más comprensible el tipo de posesión que puede existir y su ámbito de aplicación. También aborda aspectos procesales muy interesantes como lo son el aseguramiento del bien, una vez iniciada la carpeta de investigación, la acción penal por particulares, la devolución del inmueble y, por supuesto, entra de lleno a las interpretaciones que sobre el delito han despertado críticas en los que saben e impotencia en quienes sufren el delito y la omisión de las autoridades.
Se trata de un libro fundamental en la práctica del Derecho y necesario para los que quieran adentrarse a un delito cuya historia también resulta enriquecedora.