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Olvidar el litigio y transitar al diálogo

Tener una arquitectura institucional sólida fue el reto con el que inició una nueva era en la resolución de controversias de trabajo. El Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral abrió sus puertas el 18 de noviembre de 2020 en medio de la emergencia sanitaria por Covid-19 y de la transición del litigio al diálogo para llegar a acuerdos justos entre empleador y trabajador.

Al frente de la Coordinación General de Conciliación Individual, Gianni Rueda de León Iñigo, doctora en Política Criminal, se encarga de que el Centro Federal Laboral se consolide como una instancia de solución de conflictos ágil y confiable. Actualmente la conflictiva laboral se resuelve a través de la conciliación en un término no mayor a 45 días naturales, dejando atrás los juicios que en promedio duraban 6 años.

Con la firme idea de cambiar la cultura del litigio que permea en los abogados y acercar a las nuevas generaciones de profesionistas a los mecanismos alternativos de solución de controversias, considera relevante incluir en los planes de estudio de la carrera de Derecho los objetivos, alcances y beneficios de la conciliación, así como las técnicas de negociación y manejo de crisis.

En 16 años que lleva dentro de la administración pública federal, asegura que cada cargo le ha generado mayores fortalezas y conocimientos. Su paso por la Procuraduría General de la República, como directora de Normalización y Certificación de Competencias, le ayudó a involucrarse con la implementación de la reforma al Sistema de Justicia Penal; aprendió a estructurar perfiles de puestos, armar manuales de organización, lineamientos y definir planes de capacitación.

Hasta el momento considera que no ha enfrentado dificultades en su carrera. No obstante, ver nacer una institución y ayudar a consolidarla ha sido su mayor reto personal y profesional; y, aunque van en buen camino, está consciente de que falta mucho por hacer.

En entrevista para El Mundo del Derecho cuenta sobre la entrada en vigor, los retos y el propósito a largo plazo de este centro, con el uso de nuevas tecnologías y la eliminación de prácticas antiguas.

¿Cuáles son los principales retos que ha enfrentado el centro?

La entrada en vigor ocurrió en tres etapas. En 2020, en una primera fase, se abrieron oficinas en ocho entidades del país; siguieron 13 más; y posteriormente, las 11 faltantes para así complementarse con oficinas en las 32 entidades.

El principal objetivo fue buscar mejores espacios y hacer una adecuación de las instalaciones con protocolos internacionales, medición, diseño de oficinas y mobiliario, sumado a la identificación de perfiles de puesto para determinar las funciones específicas del conciliador.

El centro sorteó un reto durante la pandemia, ya que a pesar de que la ley refiere tener oficinas itinerantes, estatales y de apoyo, ésta no señalaba la conciliación vía remota, por lo que se volvió una realidad a 46 días de abierta la institución.

Fue así como el órgano entró al mundo digital para no soltarlo; acercar la justicia a las personas y hacer uso de la firma electrónica avanzada.

¿Cuáles son las principales ventajas de la existencia de este centro?

El tiempo de resolución actualmente es bueno.

La ley establece que los procedimientos conciliatorios se deben desahogar en 45 días naturales, y hoy día, 82% de los asuntos se resuelve a los 15 días hábiles posteriores desde que los solicitantes presentan el requerimiento.

En caso de que no ocurra así, se emite una constancia de no conciliación –documento que requiere el Tribunal laboral para poder iniciar una demanda– y dirimir la controversia ante el Poder Judicial.

Actualmente, una de las limitantes son los tiempos para resolver, pero la vía remota aumentó el beneficio de acercar al trabajador, el sindicato y la parte empleadora.

¿Sólo protege a los trabajadores o también a los empleadores?

El procedimiento de conciliación individual habla de distintos principios, entre ellos, la imparcialidad y neutralidad.

Cuando están en una audiencia, el conciliador fomenta el diálogo entre ambas partes y la ley establece con claridad que se debe evitar que exista renuncia de derechos. No obstante, al ser una autoridad imparcial, se busca que los intereses de ambas partes queden protegidos.

Antes existía la Procuraduría de la Defensa del Trabajo que representaba a trabajadores o sindicatos, pero en este centro laboral se levantan solicitudes de trabajador o empleador.

¿Para qué cambiar la cultura de litigio? 

Es importante desaprenderla desde que los jóvenes están en la carrera de Derecho, no sólo deben saber cómo llevar a cabo un juicio, sino que se acerquen a los mecanismos alternativos de solución de controversias. Hay que recordar que no todos pensamos lo mismo, ni tenemos los mismos intereses ni necesidades. Entonces, hay un reto institucional de buscar un beneficio mutuo.

Se trata de enseñar a los hermanos mexicanos, al sector trabajador, sindicalista y empleadores, que hay otras formas eficaces de resolver las controversias, que un juicio. Hay que reconocer que, en la escuela, a los abogados se les enseña a litigar, pelear y ganar. Actualmente, la formación que se les da a los conciliadores a mi cargo es enseñarles a ganar de manera distinta: para ambas partes.

Además, resulta una manera más rápida, cumpliendo con lo que establece la ley, porque es importante cuidar los derechos sin afectar.

¿Cómo se lleva a cabo la conciliación en razón de género?

Como mujeres todavía tenemos un camino largo por recorrer para que se reconozca la igualdad de derechos laborales.

En el centro laboral se desahogan todos los conflictos laborales a nivel nacional y hay excepciones, entre ellas, el hostigamiento, acoso, discriminación por raza, religión, origen étnico, trata laboral o trabajo infantil, debido a que estos supuestos –como lo establece el artículo 685 de la Ley Federal del Trabajo–, no necesitan cruzar por una conciliación y pueden ir directo al tribunal.

Sin embargo, la ley abre la brecha y la parte trabajadora puede acudir al centro laboral, previo a ir a un juicio, para intentar resolverlo con la conciliación. Primero se hace conocimiento, se levanta una solicitud con una característica, señalar dos salas separadas, en las cuales la víctima entra con un conciliador y el representante patronal, que no es quien la afectó, entra a otra sala, con el fin de realizar un manejo de crisis y evitar afectación.

¿Qué dificultades ha enfrentado en su trayectoria?

Generar toda la arquitectura de la institución, su base, un equipo certificado, las reglas de operación, y fortalecer los sistemas informáticos ha sido un avance en materia de justicia. El proceso no ha sido fácil, pues se ha buscado equilibrio. Desde los espacios físicos hasta que los conciliadores estén certificados y especializados en derecho laboral y mecanismos alternativos de solución de controversias. Además, se ha generado un estándar de competencia EC1374 con CONOCER, de la Secretaría de Educación Pública.

Actualmente se evalúa, capacita y certifica a conciliadores; también se genera un grupo semillero conformado por personal que tenga características similares a los conciliadores para lograr transmitir el conocimiento. El centro laboral se encuentra en una fase de consolidación, con oficinas en todas las entidades.

No debemos olvidar que el capital humano es fundamental. Si ellos tienen los conocimientos y aptitudes necesarias, vamos a incrementar el número de convenios que se generen institucionalmente y una disminución de juicios.

DATOS

De lo penal a lo laboral

1Fue directora de Capacitación en el Inacipe; participó en la selección de programas académicos y capacitación de los mediadores.

2 Está certificada como conciliadora a nivel internacional, por el servicio federal de mediación de Estados Unidos y la Organización Internacional del Trabajo.

NUMERO

3l mujeres lideran las direcciones norte centro y sur de la coordinación de conciliación.

11.63% De los procedimientos que se desahogan a nivel nacional son vía remota.

60% De mujeres trabajan en la coordinación General de Conciliación Individual.

CITAS

Es importante terminar con la cultura del litigio. Enseñar a resolver los conflictos hablando, reconocer senti-mientos, emociones y llegar a acuerdos con otras personas”.

Soy de esas mujeres que le gusta impulsar a otras. Si sabemos lo que nos cuesta llegar a diversos cargos frente a lo social, familiar y laboral, tenemos que dar oportu-nidades”.